Iluminar la
casa es mucho más que instalarle artefactos lumínicos para ver cuando no hay
luz natural. La iluminación es clave para que nuestro hogar luzca como queremos,
para destacar los rincones que más nos gustan y disimular aquellos que no tanto,
para mostrar la decoración y tapar imperfecciones, para generar efectos, para
producir la sensación de amplitud y calidez.
Elegir la iluminación es
tan importante como seleccionar los muebles, los colores y los géneros que
visten la casa. O más. El uso de un ambiente y el efecto que queremos darle
determinan el tipo de luz y de artefactos. Que la luz sea blanca, fría, o
amarilla, cálida, que emplacemos apliques de techo o pared, que brinden un
espectro amplio de luminosidad o focalicen en un rincón u objeto, que
coloquemos lámparas de pie o de apoyo.
Tipos
de iluminación
Siempre
teniendo en cuenta la cantidad de luz natural que ingresa al ambiente, la
iluminación artificial puede potenciar su decoración. Jugar con diferentes
posiciones y dispositivos lumínicos otorga un clima de calidez, destaca sitios
puntuales del cuarto, como la sala, la cocina e incluso el baño. Es decir, que
la iluminación tiene una funcionalidad que va más allá de iluminar. Y existen
diferentes tipos.
La
iluminación natural: Es importante aprovechar al máximo la luz natural
que ingresa a un ambiente de la casa. Para lograrlo, debemos colocar cortinas
de géneros livianos, preferentemente translúcidos, y volcarnos por los tonos
claros, como blanco, tiza o crema.
Otro modo es
instalar espejos de
modo que reciban la luz y la proyecten en el entorno. De todas maneras, el
sistema de iluminación debe ser funcional, tanto con mucha luz natural como con
poca.
La
iluminación ambiental: se trata de una iluminación
tenue capaz de generar un clima de relax y paz.
La iluminación
general: es la que brinda la luz básica y necesaria para todos
los días. En general es un aplique central de techo.
La iluminación
puntual: es aquella que se emplea para destacar puntos específicos.
Se usa en recibidores o espacios de lectura. En la mesada de la cocina para
aumentar la luz del ambiente al cocinar o sobre el espejo del baño para
peinarnos o maquillarnos.
La
iluminación funcional: en la necesaria para ver en
espacios puntuales. En pasillos, armarios y muebles. Es recomendable usar
artefactos LED por su bajo consumo, o en incluso sensores de movimiento, para
que solo se enciendan cuando los necesitamos.
La iluminación
decorativa: tiene como fin agregarle valor estético al ambiente.
Son los artefactos que se instalan y direccionan hacia detalles arquitectónicos,
o adornos como cuadros, esculturas o tapices tipo murales.
Todos los
tipos son fundamentales en el diseño y la decoración de interiores. Y cómo
combinarlos depende de varios factores. Tenemos que tener en cuenta el tamaño
del ambiente a iluminar, la cantidad, dimensiones y ubicación de las ventanas,
y la orientación y el ingreso de la luz natural. En complemento de la luz
exterior, estipularemos la iluminación interior.
Formas
de iluminar
Según la
manera de brindar luminosidad, la iluminación se clasifica en directa,
indirecta o mixta. En una casa vamos a usar las tres formas, según la función
que necesitamos de ella.
La iluminación
directa: es la que se direcciona directamente a un objeto y
produce sombras. El ojo humano la detecta estridentemente. La brindan algunos
apliques de techo, las dicroicas ubicadas sobre los espejos para sala y otros
artefactos sin pantalla.
La iluminación
indirecta: contrariamente a la anterior, su luz se difumina
sobre paredes y techos. La otorgan las lámparas o artefactos con pantalla. No
produce sombras ni haces de luz. Es tenue y suave. Su intensidad puede ser
mayor o menor según la claridad u oscuridad de la pantalla.
La iluminación
mixta: es aquella que se genera con la combinación de las
anteriores. Es la forma más presente en los hogares. En un comedor puede haber
una lámpara de techo con pantalla sobre la mesa. Pero, además, focos que
direccionen luz directa sobre dos espejos sala, ubicados en las paredes.
Luz blanca
y luz amarilla
La luz
blanca está asociada a la concentración y la amarilla, al descanso. La primera
brinda una iluminación más clara, genera contraste y un ambiente más frío. La
segunda es menos estridente y otorga una sensación de calidez.
La
luz blanca
Es efectiva y
recomendada para destacar la decoración en ausencia de luz natural. Se usa, por
ejemplo, para iluminar espejos decorativos en palieres y recibidores. Brinda
gran cantidad de luz con poco consumo energético. Debe utilizarse en ambientes
coloreados con tonos fríos y en aquellos donde necesitamos buena luz, como
baños, vestidores y oficinas.
La
luz amarilla
A diferencia
de la primera, brinda una sensación cálida e íntima en los ambientes. Por lo
que es adecuada para iluminar espacios donde suceden encuentros sociales y
actividades ociosas o relajantes. Tiene la capacidad de destacar los colores.
La
iluminación ideal para cada ambiente de la casa
La
sala
La sala
requiere una luz general y una ambiental. La primera puede ser dada por una
lámpara central de techo y la usaremos mientras cenamos. La segunda, que puede
ser con apliques de pared o lámparas de pie, creará una ambientación para
momentos de ocio o reposo.
La
habitación
La
iluminación del dormitorio debe invitar a descansar. Las lámparas elegidas
deben ser de luz amarilla.
El
recibidor
Generalmente,
tiene dimensiones pequeñas y es el primer lugar que se ve al ingresar a la
casa. Debemos iluminarlo de manera cálida para evitar el contraste entre la luz
exterior y la interior del resto de los ambientes.
El
baño
Las
actividades que desarrollamos en el baño requieren de luz potente y estridente.
Idealmente, tenemos que ubicar un artefacto en el techo y otro sobre el espejo.
La
cocina
La cocina demanda dos tipos de iluminación. Mientras cocinamos, manipulamos utensilios y alimentos, necesitamos luz blanca y potente. Pero, cuando no lo hacemos, debemos contar también con una iluminación cálida y general.
Es muy importante mantener iluminadas cada una de las estancias de nuestra vivienda. En el salón podremos utilizar lámparas colgantes con cubiertas de papel. Podremos elegir el diseño que más nos guste y darle nuestro toque de decoración y estilo personal. En los dormitorios podremos utilizar lámparas de sobremesa ideales para tener en nuestro escritorio o mesilla de noche.
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