¿Estás buscando unas nuevas botas
de seguridad para renovar tu equipo? ¿Necesitas calzado de protección
contra el frío o frente a riesgos eléctricos? El catálogo actual de calzado
profesional ofrece infinidad de opciones, con diferentes niveles de protección
para adaptarse a las necesidades de cada entorno de trabajo.
Sigue leyendo y te contamos todo lo
que necesitas saber sobre estos equipos de protección individual, sus
características y su normativa.
Clasificación del calzado para uso
profesional
El calzado profesional está
considerado un equipo de protección individual parcial, con especificaciones
técnicas comunes en toda la Unión Europea. Dentro de estos equipos se incluyen
desde botas y zapatillas de seguridad a zapatos de trabajo. Para
clasificarlos, podemos utilizar diferentes criterios:
·
Según el material con el que están
fabricados, podemos distinguir entre calzado profesional de cuero y otros
materiales (Clase I) y calzado fabricado totalmente con caucho o material
polimérico (Clase II).
·
Según su diseño, encontramos
diferentes tipos de calzado profesional, como zapatos, botas tobilleras, botas
de media caña, botas altas o extralargas.
·
Según su nivel de protección, el
calzado profesional se organiza en tres categorías principales: calzado de
seguridad, calzado de protección y zapatos de trabajo. A continuación,
analizaremos en detalle cada uno de estos tipos y los requisitos y
especificaciones establecidos por la normativa correspondiente.
Normativa europea para calzado
profesional
Las especificaciones técnicas
generales para equipos de protección y métodos de ensayo para calzado están
recogidas en la norma europea UNE EN ISO 20344:20122. Además, existen una
normativa específica para los diferentes tipos de calzado para uso profesional:
la norma UNE EN ISO 20345:2011 establece los requisitos obligatorios para las zapatillas y botas de seguridad, como las que puedes encontrar en Insemac Tools, la norma UNE EN ISO 20346:2014 se centra en el
calzado de protección y los requisitos relativos a los zapatos y botas de
trabajo quedan establecidos en la norma UNE EN ISO 20347:2013.
¿Qué diferencia a estos diferentes
tipos de calzado profesional? El calzado de seguridad y protección cuenta con
una puntera delantera que protege la zona de los dedos frente a impactos y
compresiones. Las botas y zapatillas de seguridad deben ser capaces de
resistir impactos de al menos 200 julios y compresiones de hasta 15 kilonewtons
de carga. Por su parte, el calzado de protección resiste impactos de hasta 100
julios y compresiones de al menos 10 kilo-newtons. Las botas y zapatos de
trabajo, sin embargo, no cuentan con esta protección delantera, por lo que
no ofrecen una protección total frente a los riesgos mecánicos.
Protección adicional para riesgos
añadidos
Además de estos requisitos básicos,
el calzado profesional también ofrece opciones con protección adicional para
riesgos específicos, como la exposición a sustancias químicas o inflamables, la
electricidad, el agua o el frío extremo. Si trabajas en un entorno húmedo,
necesitarás unas botas de seguridad impermeables y con un buen
aislamiento térmico. Las botas de agua Dunlop Protomaster, por ejemplo, con
puntera de protección, son ideales para sectores como la industria química,
metalúrgica o la construcción. Para entornos fríos, las botas Dunlop
Puroconfort ofrecen un aislamiento térmico de hasta -20º, mientras la gama
Dunlop Puroconfort Thermo+ es capaz de soportar temperaturas de hasta
-40º.
Conocer los riesgos asociados a tu
actividad y tu entorno laboral es clave para escoger adecuadamente tus nuevas botas
de seguridad o zapatos de trabajo, acorde al nivel de protección
requerido. ¡Renueva tu equipo y mejora tu seguridad laboral!