A pesar de la negativa de varios gobiernos y gran parte de la población, el cambio climático ya está aquí y, por tanto, es una realidad a la que debemos hacer frente si queremos mantener los recursos para los seres vivos que los hereden. Es imprescindible una concienciación sobre este fenómeno y la toma de diversas medidas por parte de todos los países así como de todos los sectores de la sociedad.
Este calentamiento global trae consigo devastadoras consecuencias para el planeta como el aumento del nivel del mar, la desaparición de especies, cambios extremos de temperaturas, etc. Si se continúa así, muy pronto no habrá vuelta atrás ni forma alguna de revertir este calentamiento. Por ese motivo, es de vital importancia para frenar el cambio climático llevar a cabo una serie de acciones que repercutirán de forma beneficiosa en nuestro planeta.
Reducir emisiones
El uso de automóviles es una de las principales causas de contaminación en las ciudades, pues según la Comisión Europea cada kilómetro de combustible quemado supone una media de 2.5 kilos de CO₂ liberados a la atmósfera. La alternativa más recomendable es la apuesta por el transporte público, la bicicleta e incluso caminar, mucho más barato y saludable para el medio ambiente. Para largas distancias, la opción más sostenida es el tren, pero si se prefiere el uso de coches privados es conveniente elegir uno eléctrico o un modelo eficiente que no produzca tantas emisiones al exterior.
Reciclar y reutilizar
Sin duda alguna, el reciclaje es un punto clave en la lucha contra el cambio climático. Para ello, desde hace varios años, se implantaron nuevos contenedores pensados para esta función. Pero para que el reciclaje funcione, la acción como tal debe empezar en el hogar. Por ejemplo, tres botellas de vidrio recicladas suponen la reducción de cerca de un kilo de basura en el vertedero. Deshacerse del plástico por otros materiales también será clave para controlar la cantidad de este en el medio ambiente, tal y como aconsejan desde Greenpeace. Lo mejor es optar por productos biodegradables y reutilizables que no contaminen y tarden pocos años en desaparecer.
Ahorrar agua y electricidad
Tomar conciencia del agua y la electricidad utilizada durante el día será clave para concienciarnos sobre el consumo de estos bienes necesarios de forma más eficiente y responsable. Por ejemplo, es preferible ducharse en lugar de darse un baño. Con ello, no solo se ahorra agua sino que la energía utilizada para calentarla será menor. Asimismo, recuerda apagar las luces cuando no sean necesarias, ajustar la temperatura y no dejar nunca los electrodomésticos en stand by, pues más del 30% del consumo eléctrico en la UE proviene de los hogares. El impacto de estas medidas en el medio ambiente será vital para frenar los avances de la contaminación global a largo plazo.
Energía sostenible
Además de ahorrar electricidad, cambiar algunos aspectos de nuestro hogar también contribuirá a frenar el cambio climático. Uno de ellos es el reemplazo de las bombillas tradicionales por otras de bajo consumo. Aunque son mucho más caras que las primeras, lo cierto es que duran más y usan cinco veces menos electricidad, ahorrando más de 45 kilogramos de dióxido de carbono al año. Del mismo modo, al comprar un nuevo electrodoméstico apuesta por aquel que lleve la etiqueta europea de eficiencia energética (A). Por supuesto, la energía limpia y renovable es una de las mejores opciones, ya que la instalación de paneles solares no solo beneficiará al medio ambiente sino a tu bolsillo.