Las toxinas de la casa son:
- Objetos que ya no utilizas.
- Ropa que no te gusta o no utilizas hace tiempo. Ropa interior rota.
- Cosas rotas.
- Viejas cartas y notas.
- Plantas muertas o enfermas.
- Recibos y revistas viejos.
- Zapatos estropeados.
- Cachivaches de todo tipo que llaman al pasado.
- Si tienes hijos, juguetes que no se usan, que no funcionan o rotos.
- En el sótano y azotea, los trastes se vuelven sobrecarga;
- En la entrada, restringen el flujo de la vida;
- Empilladas en el piso, nos jalan hacia bajo;
- Encima de nosotros, son dolores de cabeza;
- Sobre la cama, contaminan el sueño
- Esparcidas por la casa, atiborran la vida.
- La salud mejora.
- La creatividad crece.
- Las relaciones mejoran.
- Hay mayor capacidad de raciocinio.
- Mejora el humor.
- ¿Por qué estoy guardando eso?
- ¿Será que tiene que ver conmigo hoy?
- ¿Qué sentiré al liberar eso?
- Para donar!
- Para botar!
- Para vender!
- Para reciclar!
- Evita ruidos extremos.
- Menos luces fuertes.
- Menos colores saturados.
- Menos olores químicos.
- Menos recuerdos tristes.
- Termina proyectos inconclusos.
- Cultiva energía positiva en tu casa.
- Basura.
- Arreglos.
- Reciclaje.
- En duda.
- Regalos.
- Donación.
- Vender.
Mientras ORDENAS observa los cambios aconteciendo en ti mismo.
A medida en que limpiamos nuestra casa física, también colocamos en orden nuestra mente y corazón!
No te apegues a nada. Si empiezas a desapegarte, una tremenda liberación de energía acontecerá dentro de ti. La energía que estaba envuelta en el apego a las cosas, traerá un nuevo amanecer a tu ser, una nueva luz, una nueva comprensión, un tremendo desapego!!
Practica el desapego con cosas materiales que solo llenan tu espacio y verás como poco a poco vas a poder hacer lo mismo con situaciones más trascendentales.