Esculturas de Manuel Martín Nieto

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Esculturas de Manuel Martín Nieto

Comienza la Semana Santa, semana que para millones de cristianos alrededor del mundo tiene una importancia particular y en la cuál Jesús está más presente que nunca en la vida de los creyentes. Por eso, aprovechamos para compartir con ustedes las asombrosas (y el adjetivo en este caso queda corto) esculturas de Manuel Martín Nieto, muchas de ellas retratan al mismismo Jesucristo.
La Virgen María, José, Jesús de Nazaret, la santa Cruz, la crucifixión y más elementos religiosos son objeto de inspiración para las esculturas de Manuel Martín Nieto, que retratan con gran realismo las imágenes icónicas de la Pasión de Cristo.
Aquí les dejamos un video para conocerlo más, una entrevista traducida al español y las fotografías en alta definición tomadas por el fotógrafo Jorge Cabrera.
Comenten qué les parecen estas esculturas sensacionales hechas en España!

Video : Esculturas de Manuel Martín Nieto



Fotos : Esculturas de Manuel Martín Nieto

Esculturas de Manuel Martín Nieto Esculturas de Manuel Martín Nieto

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Manuel Martín Nieto es uno de los responsables del intenso brote naturalista que caracteriza la evolución y la brillante transformación de la escultura neo-barroca andaluza en las dos primeras décadas del siglo XXI. Establecido en Morón, su actividad se proyecta en toda Andalucía y gran parte de España, con notas de calidad que distinguen y apoyan al gran grupo de grandes escultores sevillana de nuestro tiempo.

Su entrenamiento en los talleres de Manuel Guzmán Bejarano, Manuel Hernández León y José Antonio Navarro Arteaga, le dieron un dominio sólido del comercio, una condición esencial para el desarrollo de un estilo personal y el dominio que ha logrado después de dos décadas de ininterrumpido trabajo artístico. Con ellos se inició en la estética neo-Barroca, a la que siempre ha mostrado un profundo aprecio; sin embargo, varios factores lo distinguen de sus maestros y escultores contemporáneos similares.

En un sentido estricto del concepto neo-barroco de la escultura, debemos destacar el interés de Manuel Martín Nieto por referencias no relacionadas con el contexto sevillano, al igual que el gran escultor castellano Luis Salvador Carmona, una decisión que lo distingue de todos sus contemporáneos y sólo tiene el antecedente de Antonio Eslava Rubio, uno de cuyos modelos era Francisco Salzillo. Esta gama de puntos de vista dentro de los parámetros establecidos por el movimiento neo-Barroco es poco frecuente y supone una nota característica que lo define.

Al igual que el sentido naturalista que se ha aplicado progresivamente a los modelos neo-barrocos, hasta el punto de que en la última década han trascendido y consagrado a la naturaleza con tal intensidad que prevalece sobre cualquier otra condición en sus esculturas.
El Naturalismo de Manuel Martín Nieto es tan intenso que las referencias iconográficas que lo mantienen en sintonía con la tradición y los valores establecidos como clásicos entre las hermandades, se transforman adquiriendo una nueva condición, mucho más humana y veraz, que determina una cercanía inmediata.
Dos de sus obras demuestran al máximo el estilo naturalista de su arte: El peregrino Cristo, comenzó en 2011, por iniciativa propia, y finalizó en 2017; y El Cristo de la humildad y la paciencia de la provincia de Córdoba, en 2016-17, ambos con la propia policromada del escultor, excepto las mortajas, con guisos del pintor Manuel Peña Suárez. La perfección de estas esculturas confirma a Manuel Martín Nieto como uno de los escultores más importantes del momento.

Otra cuestión importante, que debe tenerse en cuenta, es el alto nivel técnico que ha logrado. La riqueza de los matices que logra con el tamaño aumenta considerablemente la resolución de los estudios naturales, y les permite seguir una disposición orgánica, con la musculatura, muy estudiada, velada bajo los efectos de la piel. De esta manera, la humanización de sus representaciones, enormemente aumentada por la renuncia al imperativo de las cuestiones de estilo asociado con los maestros barrocos, afecta el énfasis de la verdad en la doble forma de formas y expresión. Esto es incluso notable en las imágenes de candelabro, como La dolorosa de Vinaroz, del año 2004; y, sobre todo, en los retratos de los nativos para diferentes personajes secundarios de sus misterios, en el caso del retrato de Antonio Canales en una imagen de Poncio Pilatos.

Los niveles de acabado de Manuel Martín Nieto son muy propios, incluyendo entre estos detalles, como el meticuloso y movido velo de las telas, y el policromía de las esculturas, el aceite y el pincel muy real.

Este dominio de la técnica también proporciona una fuerza monumental a sus esculturas, lo que logra el efecto que los grandes escultores barrocos sevillana ya aspiraban hace siglos. Se puede decir que Manuel Martín Nieto sigue los principios fundamentales de estos, su manera de trabajar y de entender el proceso escultórico, y que mantiene el valor de las referencias más prestigiosas heredadas de una tradición secular, y, al mismo tiempo , expresa con una vitalidad naturalista característica de su tiempo, por lo tanto, moderna, y en consonancia con otros grandes sevillana, Córdoba y Málaga Masters de su misma generación.

Con sólo 13 años tuvo claro su sueño profesional. Su pasión por la Semana Santa y el arte lo marcó desde una edad muy temprana. Manuel Martín Nieto es hoy uno de los más grandes exportadores de las imágenes de Sevilla. Su obra más reconocida, el Cristo del perdón que reside en la capilla de San Andrés: "Para mí es muy especial ; el Cristo del perdón tiene su personalidad y su forma", explica el artista. Desde la imagen se puede disfrutar en la cuaresma en su anual via crucis, Martin Nieto sueña, por ahora, que "Algún día sea el titular de la hermandad ", y desde allí "Por qué no una salida extraordinaria" a través de las calles de Sevilla.

Su último trabajo para la capital de Sevilla, el monumento a los costalero, ha sido criticado por un sector muy específico. Martín Nieto reconoce que ha tenido un mal momento: "He recibido comentarios totalmente cascarrabias, sin ninguna educación." con sólo 38 años su historia como artista está por ser escrita, dependerá de su 'ambición' como escultor. El Creador de imágenes, de un estilo muy peculiar, afirma que "Su obra maestra está a punto de llegar". Tal vez su punto alto llega en un proyecto de Sevilla que está cerca de cerrar: "Estoy esperando la confirmación de un proyecto", revela el artista.

La entrevista atrapó a Martín nieto trabajando. Localizarlo en otro horario habría sido complicado, ya que su día de trabajo es una maratón, aunque por la forma en que tiene que hablar de su oficio, es como si quisiera más, tal es su pasión. "Trabajo un mínimo de doce horas cada día, sacrificando muchas cosas por mi profesión. Pero lo hago con amor, cariño, pasión y entusiasmo", explica.

Esa dedicación le ha llevado a ser uno de los artistas más solicitados y exitosos de la provincia, con comisiones de toda España. Él no llega a los cuarenta, pero ya está celebrando dos décadas de una profesión en la que comenzó cuando era niño. "Desde que era pequeño siempre me ha encantado la Semana Santa," recuerda. Una vez en la escuela, cuando los otros niños estaban participando en otras cosas en el recreo, Martín Nieto recuerda que  Manolo Solano y yo solíamos dibujar las cosas de la Semana Santa.".

Su vida es Semana Santa, así que estaba claro que su futura carrera estaba en este campo. Él también tenía habilidades artísticas ya desde su infancia. "El dibujo era muy bueno para mí, y hay dos películas que me marcaron como niño: en uno estaba fascinado con uno en el que los talleres de los escultores salieron." el otro era "el tormento y el éxtasis, un título muy apropiado", comenta mientras se ríe.

Esa fue una influencia definitiva, pero el punto crucial llegó en 1990. En ese momento, la hermandad de Jesús había confiado un nuevo paso a Manuel Guzmán Bejarano, y Martín Nieto estaba en la banda de fuensanta. "Fui con él y me dijo que fuera al taller un día. No podía esperar y la semana siguiente fui". Así comenzó un período de formación bajo la tutela de Guzmán Bejarano, pero también el de otros artistas.

"Me dijo que tenía que optar por la escultura, así que he entrado como aprendiz en el taller de Manuel Hernández León," recuerda. Con él aprendió todos los aspectos básicos del comercio, perfeccionando sus técnicas y consolidando, con sólo 15 años, una carrera muy extensa.

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