Las cubiertas de edificaciones, comúnmente llamadas techos son la parte de la construcción más sometida a los rigores ambientales. De ahí que sufran deterioros con mayor frecuencia. Esos daños causados por factores climáticos se traducen luego en agrietamientos, rajaduras, picaduras, etc. que a la brevedad dejarán pasar el agua al interior del hogar. Cuando se trate de realizar una impermeabilización de los techos, no debe escatimarse en esfuerzos económicos. Un techo bien realizado nos evitará humedades prematuras y el disgusto de no poder tener la pintura o decoración bien terminada o mantenida.
Impermeabilización de techos
Pero si por algún fallo en la realización o por el paso de los años se hubiera producido la aparición de manchas de humedad en el interior, o goteras, no nos quedará más remedio que pensar en una urgente impermeabilización del techo.
La primer pregunta que surge es en torno al grado de dificultad para la realización del trabajo y la segunda está relacionada con el costo y si compensa realizarlo uno mismo. Si lee atentamente este artículo se dará cuenta de que en muchos casos será posible que usted realice una buena impermeabilización y que siempre hará un ahorro sustancial.
Distintos tipos de impermeabilizaciones
Desde tiempos remotos, protegerse de la lluvia fue una preocupación del hombre en la medida de los progresos de la humanidad se fueron abandonando algunas técnicas y adoptando otras nuevas. El primero que mezcló grasa animal fundida al barro del techo ya anticipaba el futuro de los impermeabilizantes. Y ni que decir del que usó aceites minerales derivados del petróleo con el objeto de que el agua no le lavara la precaria cubierta de la choza.
Actualmente, los métodos de impermeabilización han evolucionado en variedad y en calidad, acorde a los avances científicos : hoy en día, existen pinturas incoloras, pigmentadas, con fibra incorporada, otras son derivadas del petróleo con base solvente y otras con base acuosa. Cada una de ellas se adecua a la solución de distintas causas de las filtraciones. Cuando estas pinturas se quedan cortas porque la magnitud del daño supera las posibilidades curativas de las mismas, será necesario recurrir a métodos más contundentes : las membranas.
Sobre las membranas
Pinturerías, ferreterías y casas especializadas en impermeabilizaciones nos ofrecen una gran variedad de membranas asfálticas. Las diferencias pasan por las marcas, los espesores, la presentación, el acabado exterior y por supuesto el precio, entre otras cosas. Lo primero que tenemos que determinar, antes de ponernos en la búsqueda del material, es si el lugar donde será colocada la membrana soportará o no tránsito. Muchas veces disponemos de una terraza donde está el tendal de la ropa o a veces la utilizamos para poner una reposera y tomar sol al aire libre. Otras veces, la membrana será colocada en techos de difícil acceso y que no se utilizan más que como cubierta, ya sean de chapa o de cemento. Lo importante es saber que se pretende y a partir de esa premisa, se armoniza el gasto.
Lo que se debe saber fundamentalmente es que una membrana está compuesta por asfalto, aluminio y polietileno. El asfalto, debe ser puro, libre de cargas como talco, caliza, etc. que se utilizan para alargarlo y darle mayor volumen, a la vez que pierde elasticidad. El aluminio no siempre está presente. Por lo general constituye la cara visible de la membrana y actúa como contención del asfalto, a la vez que refleja la luz, logrando que la temperatura disminuya unos cuantos grados en los días calurosos de verano.
El polietileno es un film plástico que en el caso de las buenas membranas está en dos posiciones distintas. En todas constituye la cara inferior, la que va pegada al techo. Esa película es la que posibilita el enrollado sin que el asfalto se pegue con la otra cara; pero también es la que se funde al entrar en contacto con la llama del soplete y posibilita su adherencia a la superficie a la que va destinada. La otra posición en que se encuentra es casi invisible , en medio del asfalto. Esa capa oculta en el interior del asfalto se llama "alma". Es la parte vital y constituye la garantía de la impermeabilidad y es el refuerzo que atenúa la dilatación exagerada por cambios climáticos y por tracción. Y desde luego, quien resiste en el caso das las compresiones, golpes y punciones.
Si se hace un corte limpio en una membrana es posible verla con una lupa. De lo contrario, es necesario calentar un trozo de la misma a fuego lento, quitar el aluminio y el polipropileno de la base, fundir el asfalto sin quemar y en la medida que éste escurra, quedará a la vista el refuerzo central o el "alma". Si no la encuentra, descarte esa membrana de sus posibilidades, por más barata que sea.
El otro tratamiento es por frío. Con poner una tirita de membrana en el freezer y esperar hasta que tome la temperatura del mismo, se podrá comprobar el grado de flexibilidad de la misma. La membrana más flexible, tardará más tiempo en saltar como un vidrio quebrado y es probable que deje al descubierto el "alma", ya que ésta al ser de buena calidad no se fracturará. O sea, el asfalto a baja temperatura cristaliza, pero el polietileno no.
Sobre la presentación
Sobre la presentación
En lineas generales las membranas asfálticas se presentan en rollos de 1 metro de ancho por 10 de largo. El peso de los rollos varía según el espesor del material. Se calcula aproximadamente 4 Kg por metro cuadrado para una membrana de 4 mm de espesor con cubierta de aluminio de 4 micrones.
En cuanto a los espesores es conveniente saber que 2,3 y 4 mm son medidas convencionales y casi todos los fabricantes se atienen a estos estándares. Es fácil deducir que la más fina es más vulnerable al calor y a los golpes que las más gruesas. Esto es importante, sobre todo si se piensa en la fuerte agresión que puede realizar una granizada.
En cuanto a los espesores es conveniente saber que 2,3 y 4 mm son medidas convencionales y casi todos los fabricantes se atienen a estos estándares. Es fácil deducir que la más fina es más vulnerable al calor y a los golpes que las más gruesas. Esto es importante, sobre todo si se piensa en la fuerte agresión que puede realizar una granizada.
En cuanto a la cara superficial la presentación puede ser de aluminio de 40 micrones el que habitualmente viene gofrado, es decir con alguna trama o cuadrícula impresa para evitar resbalones y refractar la luz. Otras membranas vienen con una película de polietileno en la superficie y generalmente se utilizan para colocarla sobre los techos pero debajo del piso que se construirá posteriormente con baldosas de terraza o cerámica.
Por último, resta hablar de la membrana asfáltica transitable, también llamadas de geotextil. Es bastante más cara, pero tiene la ventaja de ser totalmente transitable, incluso hasta por vehículos, es más decorativa y admite ser pintada en diversos colores que imitan el ladrillo molido o el césped. Se trata de una membrana con alma reforzada con fibra de vidrio o poliéster y cuya cara superficial viene lisa o bien con un acabado de tipo granular que le proporciona una textura decorativa a la vez que protectora.