Lo fundamental de una membrana es que aísle y que no permita el paso del agua. Y eso tiene más que ver con la correcta colocación que con el tipo de membrana utilizado.
Primer paso :
El primer paso consiste en una limpieza a fondo de la cubierta, ya sea ésta de chapa, concreto, cerámica, o cualquier otro material. Habrá que quitar descascaramientos del material, juntas deterioradas, musgos, pequeñas raíces, suciedad por acumulación de polvo ambiental, etc. Luego se procede a sellar todas las grietas y restituir el material desprendido. Para las grietas pequeñas servirá la misma pintura de imprimación y para las más grandes y eventuales revoques desprendidos, será necesario un poco de mezcla de albañilería. Lo importante es que la membrana a colocar se asiente sobre una base plana y libre de rugosidades.
Segundo paso :
Una vez que se ha barrido, habrá que dar una mano de imprimación con pintura asfáltica a todo el techo. Se debe estirar bien la pintura, de manera tal que penetre todas las grietas sin que queden amontonamientos que impidan o retarden el secado.
La pintura asfáltica se presentan en tarros de 1,5 o 20 lts y es recomendable utilizar la de secado rápido.
En cuanto a la disolución hay dos tipos : de base acuosa o de base solvente. Esta última es la más aconsejable para imprimación, ya que al alargarse con aguarrás se vuelve más penetrante.
Si la superficie donde se va a pegar la membrana es rugosa y absorbente, conviene dar dos manos de imprimación. La primera puede ser diluida hasta en un 50% con lo que la pintura penetrará hasta en las grietas más minúsculas. Eso sí, la segunda mano será aplicada tal como viene en el tarro o con un mínimo de diluyente, y en sentido cruzado con relación a la primera. Para que la aplicación sea efectiva, hace falta realizar el trabajo con pinceleta ancha o un rodillo de lana, pero se debe tener mucho cuidado de evitar que queden burbujas o pintura amontonada. Lo útiles y manchas se lavan con aguarrás y agua tibia y jabón.
La membrana se presenta en el lugar donde será pegada y se realizan los cortes necesarios para darle forma : sumideros y desagües, chimeneas, tubos de ventilación, esquineros, tornillos, fijaciones de cables, etc.
Como si se tratara de colocar las chapas de un techo, siempre se debe comenzar por la parte más baja, avanzando hacia la parte más alta. De esta manera, el solape de un paño quedará superpuesto por la parte más elevada y el agua resbalará por la pendiente, sin posibilidades de escurrirse por debajo. Es un defecto frecuente, sea por distracción o desconocimiento, pegar la membrana desde arriba hacia abajo, con la consiguiente pérdida de efectividad, tiempo y dinero.
La pintura asfáltica se presentan en tarros de 1,5 o 20 lts y es recomendable utilizar la de secado rápido.
En cuanto a la disolución hay dos tipos : de base acuosa o de base solvente. Esta última es la más aconsejable para imprimación, ya que al alargarse con aguarrás se vuelve más penetrante.
Si la superficie donde se va a pegar la membrana es rugosa y absorbente, conviene dar dos manos de imprimación. La primera puede ser diluida hasta en un 50% con lo que la pintura penetrará hasta en las grietas más minúsculas. Eso sí, la segunda mano será aplicada tal como viene en el tarro o con un mínimo de diluyente, y en sentido cruzado con relación a la primera. Para que la aplicación sea efectiva, hace falta realizar el trabajo con pinceleta ancha o un rodillo de lana, pero se debe tener mucho cuidado de evitar que queden burbujas o pintura amontonada. Lo útiles y manchas se lavan con aguarrás y agua tibia y jabón.
Tercer paso :
Conviene dejar secar la pintura asfáltica, aunque sea de secado rápido de un día para el otro. Ahora será el momento revisar si hay grietas que no hayan sido tratadas convenientemente. Repasar las que no quedaron bien.
La membrana se presenta en el lugar donde será pegada y se realizan los cortes necesarios para darle forma : sumideros y desagües, chimeneas, tubos de ventilación, esquineros, tornillos, fijaciones de cables, etc.
Como si se tratara de colocar las chapas de un techo, siempre se debe comenzar por la parte más baja, avanzando hacia la parte más alta. De esta manera, el solape de un paño quedará superpuesto por la parte más elevada y el agua resbalará por la pendiente, sin posibilidades de escurrirse por debajo. Es un defecto frecuente, sea por distracción o desconocimiento, pegar la membrana desde arriba hacia abajo, con la consiguiente pérdida de efectividad, tiempo y dinero.
Cuarto paso :
Enrollar o plegar el paño previamente cortado, de manera que pueda manejarlo con soltura, a medida que lo calienta. Emplear un soplete a gas envasado de llama regulable y calentar parejo y sin exageración un trozo de medio a un metro cuadrado de membrana. Cuando la película plástica inferior se funde, es hora de adherir ese trozo, extendiéndolo parejo, tenso y sin arrugas. Provisto de guantes gruesos y un trapo, planche la membrana con fuerza pareja, desde el centro hacia los bordes, tratando que el pegado sea en toda la superficie. Con esto se logra lo que se llama : membrana totalmente adherida.
Hay otra manera de colocar la membrana que, salvo contadas excepciones, no es aconsejable. Se trata de soldar solamente los bordes. La membrana queda despegada en más del 80% de la superficie y es mucho más vulnerable a las roturas por punzonado, golpes, granizado, etc. y habrá que prestarle más atención porque el mínimo piquete producirá un agujero por el que pasará el agua y se estancará debajo de la membrana con consecuencias previsibles : goteras en el hogar. Este procedimiento se usa para abaratar costos, ya que consume menos gas y menos horas de mano de obra.
También es el momento de soldar la membrana a los zócalos (que habrán sido pintados previamente con pintura asfáltica) y el remate de las cargar.
Sobre este tema, vale puntualizar dos cosas : si se puede, y está a nuestro alcance, conviene hacer un calado de 10 o 12 cm de altura en todos los lugares de terminación donde haya paredes verticales. La profundidad será de 2 cm aproximadamente y, si queda muy desparejo se procederá a alisarlo con revoque, para luego pintarlo con pintura asfáltica, igual que al piso. El remate de la membrana se pega allí con calor y luego se cubre con una lechada de cemento y revoque. Esto garantiza que el agua que escurra por la pared no se cuele por debajo de la membrana. Si no se realiza este trabajo hay que tener mucho cuidado al soldar exteriormente el remate de la membrana, de lo contrario, se corre el riesgo de filtraciones por la vertical.
Hay otra manera de colocar la membrana que, salvo contadas excepciones, no es aconsejable. Se trata de soldar solamente los bordes. La membrana queda despegada en más del 80% de la superficie y es mucho más vulnerable a las roturas por punzonado, golpes, granizado, etc. y habrá que prestarle más atención porque el mínimo piquete producirá un agujero por el que pasará el agua y se estancará debajo de la membrana con consecuencias previsibles : goteras en el hogar. Este procedimiento se usa para abaratar costos, ya que consume menos gas y menos horas de mano de obra.
Quinto paso :
Cada vez que se finaliza de colocar un paño, se debe proceder a soldar los bordes. Para esto se utiliza una cuchara de albañil, con la punta de la misma se levanta unos 5 cm de membrana, de manera tal que el calor del soplete caliente la cara inferior. Luego se vuelve a su sitio y, presionando con fuerza, se hace escapar el asfalto fundido y se adelgaza con la hoja de la cuchara. Así desaparecerá el borde pronunciado disimulando la formación de lomos en el solape y a la vez quedará mejor soldado, impidiendo el ingreso de la más mínima gota.
También es el momento de soldar la membrana a los zócalos (que habrán sido pintados previamente con pintura asfáltica) y el remate de las cargar.
Sobre este tema, vale puntualizar dos cosas : si se puede, y está a nuestro alcance, conviene hacer un calado de 10 o 12 cm de altura en todos los lugares de terminación donde haya paredes verticales. La profundidad será de 2 cm aproximadamente y, si queda muy desparejo se procederá a alisarlo con revoque, para luego pintarlo con pintura asfáltica, igual que al piso. El remate de la membrana se pega allí con calor y luego se cubre con una lechada de cemento y revoque. Esto garantiza que el agua que escurra por la pared no se cuele por debajo de la membrana. Si no se realiza este trabajo hay que tener mucho cuidado al soldar exteriormente el remate de la membrana, de lo contrario, se corre el riesgo de filtraciones por la vertical.