Es importante enseñar a los niños a lavarse las manos antes y después de cada comida. Las manos limpias nos aseguran que cuando se las lleven a la boca (que se las llevarán y mucho) no pillarán ninguna infección, al menos en teoría. Como no siempre es fácil aprender estas rutinas y no todos los niños llegan al grifo del lavabo han inventado artilugios como el que traigo hoy, un adaptador de grifo con forma de patito.
Con este adaptador, que va con una goma elástica, el agua hace un recorrido más largo y permite a los peques llegar para lavarse. El diseño, amarillo en su rampa y azul en la goma nos recuerda a un pato, o a Perry el Ornitorrinco, para los que veáis Phinneas y Pherb y me gusta un montón porque se puede quedar de manera fija porque es bastante bonito y divertido.