Una brocha es un instrumento consistente en un conjunto de cerdas unidas a un mango que se utiliza para pintar, maquillarse o para otros fines.
La brocha es una escobilla que recoge reteniendo entre sus fibras un determinado material para luego distribuirlo uniformemente sobre una superficie. Este material puede ser líquido o pulverulento como por ejemplo, pintura, barniz, polvos de maquillaje, crema de afeitar, etc. Las brochas se utilizan para diferentes propósitos entre los que destacan la pintura de muros y otras superficies y labores de higiene y embellecimiento.
Una brocha estándar se compone de tres partes:
El mango, de diferentes longitudes, generalmente, de madera, también pueden ser de plástico.
Las cerdas, consistentes en pelos de animal (jabalí, cerdo,caballo, etc.) aunque también existen de nailon y otros materiales sintéticos.
La virola o pieza metálica que separa las cerdas del mango.
Brochas de pintura
La brocha es un instrumento imprescindible dentro del maletín del pintor que suele contar con unidades de diverso tamaño y grosor para diferentes usos.
Se pueden distinguir dos tipos de brochas: las planas y las redondas. Las primeras se utilizan para cubrir superficies grandes y lisas imprimiendo brochazos largos. Cuanto más ancha es la brocha mayor superficie es capaz de abarcar. Las brochas redondas se utilizan para pintar superficies estrechas o irregulares o para realizar labores delicadas como lacado o barnizado.
Una buena brocha debe tener las cerdas compactas para dar un tratamiento uniforme a la superficie y suficientemente flexibles como para no formar estrías. Las brochas de cerdas sintéticas son más bastas por lo que no se recomiendan para trabajos de detalle. Para que una brocha sea considerada de buena calidad, es necesario que las cerdas hayan sido adheridas en su fabricación con pegamento epóxico, de lo contrario las cerdas se desprenderán durante el pintado.
Si se desea emplear pinturas latex o al agua, lo mejor son las brochas de cerdas sintéticas. Para trabajar con lacas, esmaltes o pinturas epóxicas son recomendables las brochas de cerdas naturales: las de porcino o las de caballo ofrecen buenos resultados.
Mantenimiento de la brocha
Para mantener las brochas en buen estado, es imprescindible limpiarlas en profundidad después de cada uso. Si las pinturas usadas son al agua, se pueden lavar poniéndolas bajo el grifo pero si están basadas en disolvente, se deberá utilizar aguarrás u otro disolvente para su limpieza.
Al estrenar una brocha es necesario sumergirla en líquido durante unas horas para eliminar los pelos sueltos. Se recomienda utilizar agua para las brochas de fibras naturales o aceite de linaza para las sintéticas.